La vida que quiero


¿Cómo vivir la vida que quiero?

Este post con es con birra.


Desde que regresé de mis vacaciones y de la experiencia que me motivó a abrir este blog, me he estado preguntado mil veces si la vida que estoy hoy viviendo es la vida que quiero realmente vivir.

mi plan para ser feliz y exitosa
La sociedad siempre nos vende la idea de que la felicidad es sinónimo de éxito y por tanto el objetivo supremo de nuestra existencia debe ser alcanzarlo, y quizás sea cierto. ¿Dónde para mi se origina el error? En el significado de la palabra éxito que la sociedad por años nos ha impuesto: estudiar, tener al menos un título universitario (entre más, mejor), conseguir un trabajo cuyas características principales debe ser estabilidad y dinero, buscar una pareja, comprar una casa y un carro, casarnos, tener hijos, darles “lo mejor de lo mejor”, dejarles su futuro asegurado, seguir trabajando hasta pensionarnos y luego pues, esperar a que la pelona venga a llevarnos un día cualquiera.

Cualquiera que no quiera seguir ese camino, se expone a las críticas y señalamientos de quienes creen que solo existe una forma de vivir. Me niego a aceptarlo. Me niego a pensar que algo tan maravilloso como el milagro de la vida tenga como propósito universal trabajar, reproducirnos y acumular bienes. Ojo, no me mal interpreten, no critico a quienes siguen la norma y eso los hace felices. Porque más bien a ese punto voy: ¡Hay mil maneras de ser exitoso y por consecuente feliz!

Pero nos tienen tan adoctrinados con la fórmula única, que enfocamos nuestra energía en lograrlo y si tropezamos en algún punto empezamos a acumular frustración y a ser infelices. Y aún cuando a veces “lo tengamos todo” puede ser que en el fondo haya una espinita que no permite que alcancemos la plenitud, y esto genera como un círculo de culpa: ¿Por qué si lo tengo “todo” no me siento feliz? Y nos respondemos con un latigazo: Soy una persona mal agradecida, ya desearan otros todo lo que yo tengo. Pero la espinita sigue ahí, en el fondo, día a día.

Creo que es vital hacer un alto en el camino y reflexionar con el corazón y mente abierta sobre estas preguntas:
  • ¿Cuál es el sentido y propósito real de MI vida? (Si así, MI VIDA, en grande)
  • ¿Cuánto de lo que hacemos día a día realmente lo queremos hacer?
  • ¿Cuántas de nuestras metas son nuestras de verdad y cuantas son “requisitos” de otros o de la sociedad?
Conversando con unos compañeros un día que andaba melancólica por este tema les hice esta pregunta:
  • Si hoy pudieran elegir que quieren ser, en qué quieren trabajar, sin pensar en el dinero, ni la gente y enfocados solo en hacer algo que realmente los llene y disfruten ¿Qué harían?
Ninguno haría lo que hoy hace. Repetí estas preguntas a otras personas y ninguno eligió su hoy como respuesta. Empecé a sentirme acompañada en mi momento actual.

El tiempo es un regalo enorme, pero una vez que pasa nunca lo podemos recuperar ¿No deberíamos invertirlo y no solo gastarlo? La vida es tan corta que es realmente pecado dejar que solo pase sin hacer de ella algo que realmente valga y sume. El mundo avanza, pero cada día estamos más ocupados, más estresados y menos felices. Eso no puede ser éxito.

Y se que muchos sienten lo mismo que yo, tienen las mismas inquietudes y el mismo deseo de querer hacer algo más que “esto”. Pero el miedo paraliza, salirse el canasto paraliza, romper esquemas paraliza, la comodidad y la estabilidad paraliza. Es normal, así nos han educado por siglos: siga la norma.

Nadie nos enseña a buscar nuestra propia fórmula de éxito, por eso ahogamos nuestros verdaderos sueños entre un montón de deberes y ocupaciones que no queremos realmente tener, pero que nos darán comodidad y esa palabra para mi es el antónimo de plenitud.

Tengo muchas dudas, y si, también miedo. Pero en momentos así recuerdo a mi hermana “El miedo es humano, es normal. Pero no debe ser más grande que la fe”. Así que tengo también la convicción de construir mi propio camino, de vivir cada día y no solo sobrevivir a cada día. Estoy en el proceso, con pequeños pasos titubeantes, pero voy.

Cierro con esto: Lo único seguro en la vida es la muerte, y cuando ese momento llegue quiero darle la mano e irme en paz, sin la sensación de que desperdicié mi vida y pude haber hecho algo más que solo “estar”.

Que cada uno esté viviendo la vida que quiere, y no a la que se acostumbró o resignó. 


Mari.

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4 Comments:

  1. Totalmente identificada, quiero vivir cada día al máximo, haciendo lo que me hace feliz !!!

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  2. Darse cuenta de que el camino recorrido en la vida no siempre nos ha llevado por donde nosotros queríamos ir es terrible. Ahí es cuando uno se da cuenta de que uno debe vivir la vida en sus propios términos. Justo hoy leía este artículo y me acordé de tu post, te resalto la frase que me trajo acá:
    "We must define success, wealth, and happiness in our own terms because if we don’t, society will for us — and we will always fall short." (“50 Ways To Live On Your Own Terms” — @BenjaminPHardy https://medium.com/@benjaminhardy/50-ways-to-live-on-your-own-terms-703a03786030)

    Eso se aprende con los años y sólo el tiempo le da a uno la experiencia para:
    - saber decir no
    - hacer lo que uno le gusta y
    - no importarle lo que piensen los demás de los dos puntos anteriores.

    Mientras haya vida, habrá oportunidad de corregir el rumbo. ¡Ánimo!
    PD: me gustó el toque este de la bebida recomendada para leer el post ;)

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  3. Saber decir que no... ufff esa es una de las cosas que cuestan más en la vida pero de las más importantes.
    Vio! Bebida para cada uno ;)

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