Cumplir nuestros sueños: ¿Cómo ser exitosa?
¿Estamos obligados socialmente a vivir de cierta manera? ¿Buscamos el éxito porque lo queremos o porque nos lo piden? ¿Elegimos siempre cómo queremos vivir nuestra vida o nos lo imponen los demás?
Este va con birra por la pura rebeldía de tomarme una entre semana.
Hace unos días conversaba con una persona cercana que renunció a su empleo para buscar el sueño de un negocio propio y no le ha ido muy bien. Me decía que cuando le preguntan él contesta: ¡Súper bien! Y no por jalar la buena vibra, sino porque le da pena decir “más o menos”.
Luego recordé que hace unos 10 años estuve 13 meses sin empleo y cuando la gente preguntaba decía que trabajaba desde la casa dando asesorías. Lo cuál era en parte cierto (tenia un cliente que me pagaba apenas para los recibos en la casa de Mami) pero era más por la vergüenza de aceptar que tras todo ese tiempo aún no había podido colocarme, y peor aún que hacía tiempo no me salía ni una entrevista.
Entonces me pregunto varias cosas ¿Queremos ser exitosos para nosotros o para los demás? ¿Nuestra idea REAL de éxito coincide con la idea de éxito social? ¿Cuánto es miedo al fracaso en general y cuánto es miedo al fracaso público? ¿Qué tan presionados a alcanzar “el éxito” ante la sociedad nos podemos llegar a sentir?
Tengo la teoría que si, todos queremos ser exitosos en la vida, cumplir nuestros sueños, alcanzar nuestras metas, pero que también sentimos que tenemos que hacerlo, que debemos; y que si no lo logramos entonces fracasamos.
También creo que la sociedad nos quiere imponer el estándar del éxito: Tenés que graduarte de una carrera a tal edad, casarte a esta, tener hijos a aquella y desde luego comprar casa y carro en ese proceso.
Pero ¿qué pasa si en mi proyecto de vida no está tener hijos o casarme? ¿o si prefiero viajar por el mundo antes de tener una hipoteca por la que tendré que pagar toda mi vida? ¿o si lo que me hace feliz no es tener una carrera universitaria sino ser ama de casa o vender pulseras de hilo? ¿Fracasé entonces?
Al punto que quiero llegar es que el éxito realmente depende de proyecto de vida de cada quién, de lo que nos llene y nos motive cada mañana a darlo todo, de lo que nos haga sentir plenos y felices, y no de una lista de cosas por hacer que otros establecen para nosotros.
Y bajo esa premisa no deberíamos sentirnos avergonzados, culpables o fracasados por no cumplir con el estándar o el calendario de vida que alguien más fijo para nosotros. La vida no es una carrera de quién llega primero, la vida debería ser un viaje que disfrutemos a nuestro propio ritmo, con nuestras propias estaciones.
Mari.
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