Celebrando el amor más importante: ¡El propio, carajo!
Llevo años dando pasos a aceptarme, a amarme, a hacer las pases con quién soy física y espiritualmente y muchos meses trabajando a fondo en arreglar el colocho mental que he arrastrado por años y que poco a poco he ido deshaciendo, para entender cosas que deberían ser básicas para todos como que:
- · La única manera de que otros nos amen, es amándonos realmente nosotros primero.
- · Si no somos capaces de estar con nosotros mismos difícilmente seamos capaces de estar bien con alguien más.
- · Debemos pensar en nosotros primero y no tolerar situaciones o acciones que nos hagan sentir irrespetados, poco valorados o poco amados.
- · Merecemos la una vida completa, una felicidad completa, un amor completo. No un poquito, no a medias, sino COMPLETO.
Entre muchas cosas más. Y esta semana justo en vísperas de el día del amor y la amistad una situación que no vale detallar, me hizo sentir nuevamente insegura sobre lo que soy y lo que valgo como mujer y como ser humano; me hizo sentir nuevamente confundida, triste y poco valorada.
Este va con el primer cafecito de la mañana.
Pasé la noche pensando y pensando en aquello, tratando como en ocasiones pasadas de encontrar el error cometido de mi parte en la situación en cuestión y sintiéndome tonta por estar otra vez en un lugar vulnerable en algo que en teoría tenía bajo mi control.
Cuando estaba a punto de las lágrimas y de victimizarme, escuché una voz en mi mente diciéndome: Hey, no entres ahí más, ya no sos la misma de antes. La situación se dio, pero tenés control total sobre tus pensamientos y cómo te querés sentir en este momento ¿A quién le vas a dar el control?”
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| Foto: Los40 mex. |
Fue como golpe en la boca del estómago, porque he trabajado tanto, TANTO en mi salud emocional, en sanar, en soltar, que volver a sentirme víctima simplemente ya no es una opción porque es verdad: ya no soy la misma de antes. Mi autoestima no es débil, mi amor propio es enorme, mi gratitud con la vida crece cada día y mi seguridad ha crecido muchísimo.
Si, no puedo cambiar las acciones de los demás, pero puedo elegir sostener el control de la situación y comprender que, esas acciones de otro no definen quien soy, y que si alguien no me valora no significa para nada que yo no valgo; simplemente significa que esa persona no es parte de mi destino ni de mi vida y que es momento de eliminar/soltar.
Y al razonar todas esas cosas, no cambió la situación, pero si me cambió a mi. Cambió mi actitud ante la misma y como me siento. Y terminó entonces cambiando todo.
Chiquillos / Chiquillos: no permitan más que otras personas los definan, que interfieran en cómo se van a sentir hoy o como se van a ir a dormir por la noche. No permitan que les sigan robando el sueño y las ilusiones, que los hagan creer que ese poquito que les dan es todo o lo único que merecen tener.
Si alguien no los hace sentir especiales, amados, valorados y respetados ¡huyan! Y huyan sin remordimientos ni dudas ¡corran! Porque cualquier lugar que nos haga sentir inseguros y tristes es un lugar de donde debemos irnos y jamás volver. Recuerden que con lo que toleramos de otros, les estamos diciendo como tratarnos.
Quizás no sea fácil, quizás no sea nada, ni un poquito fácil, y tengamos miedo de alejarnos, pero a medida que den el paso les juro que esa sensación se va desvaneciendo y se convierte en un sentimiento de victoria, de poder, de libertad y de paz.
Así como aprovechamos la fecha para demostrar amor a los demás, empecemos por celebrar, abrazar y fortalecer el lazo de amor más importante de todos: el del amor propio.
Mari.
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