¡Al fin encontré el amor!

A través de algunos posteos de este blog, he compartido con ustedes mi experiencia personal sobre el amor propio y he intentado también incentivarlos a su práctica. Pero hoy quiero tomar este espacio para compartirles sobre la fuerza que ha ido alimentando ese amor propio e impulsando un cambio fuerte en mi vida en los últimos meses, quizás el mayor hasta ahora.


Este va con café… Porque a como va de complicada la relación de esta panza mia con la birra me va a tocar cambiarle el nombre el Blog.


Hace algunos años cuando a raíz de mis ataques de pánico tuve que empezar a ir a terapia, descubrí que muchas - o todas - mis inseguridades, miedos, falencias, etc, venían de mi historia familiar, del rol que cumplía en mi familia y de la relación con mis padres. Hay muchos detalles que sobran, pero fue muy interesante descubrir cómo la (no) relación con mi papá había marcado muchísimas partes de mi vida.

En mi interior de manera inconsciente creía que si mi propio papá no me había amado, no había querido una relación conmigo ¿por qué alguien más querría eso o me querría a mi? Eso afectó la forma en que me relacioné con las personas porque era sumamente insegura al punto de parecer odiosa o “juega de viva”, cuando en realidad es que me sentía muy poco para que alguien tuviera interés en tratarme.

También afectó mis relaciones amorosas porque de igual forma, no creía merecer o valer más que lo poco que recibía pues “si me daban poco es porque yo valía poco” y por mucho tiempo lo creí y me conformé.

Cuando inicié mi proceso personal de aceptación, pude entender muchas cosas que me ayudaron a sanar, a valorarme, a verme a mi misma desde una perspectiva distinta y reconocer que era mucho más de lo que siempre creí. Mi vida cambió claro, pero siempre tenía como un huequito en el pecho, como una pieza que faltaba y no terminaba de darle sentido a las cosas.

Meses atrás “esa pieza” me encontró a mi. Yo no la busqué activamente, quizás hasta la había esquivado por muchos años. Pero eso no impidió la espera paciente a mi lado hasta que yo, bajé mi guardia y le dejé entrar a mi vida y a mi corazón. Entonces todo cobró sentido.

Yo siempre creí que no era nadie y me medí y juzgué a mi misma por mi éxito profesional porque creí que era lo único que tenía para ofrecer. Viví más de 30 años llorando por un padre ausente sin entender que no solo tenía el mejor Papá del universo, sino que estaba deseoso porque yo lo dejara entrar a mi vida, porque ese Padre me amó incluso desde antes que empezara a formarme en el vientre de mi madre. 

Un día me encontró y pude sentir todo el amor que busqué desesperadamente en tantas partes, me di cuenta que nunca había estado sola y que contrario a lo que creía era inmensamente amada. Fue como si me naciera un corazón nuevo en el pecho, me corría la sangre por todo el cuerpo con una fuerza que no conocía desapareciendo dolor, angustia, odio, resentimiento… como si la vida empezara realmente para mi.

Hablo de Dios, mi Padre. Que me hizo entender que era tan valiosa y tan amada, que su hijo había muerto por mi. Yo no lo busqué repito, Él me encontró y cambió mis lágrimas de tristeza por lágrimas de gozo y mi desesperación por esperanza. Me enseñó una nueva forma de ver la vida y ver las circunstancias en la misma, tanto que ni siquiera cambiaría nada de lo pasado, porque no estaría hoy con Él quizás.

Aún en estos tiempos tan difíciles e inciertos, logro mantener la perspectiva y la ilusión porque se que aunque el mar esté agitado Él está conmigo en la barca. No me mal interpreten, no digo que no hay días en que me siento decaída y que el mundo es un arcoíris; digo que se que a pesar de lo oscuro del cielo detrás de las nubes sigue estando el sol, que aunque esté atravesando una situación difícil siempre hay alguien que me cuida y tiene un plan perfecto para mi vida.

Quizás en este punto vayan directo a buscar el botón de bloqueo porque “Ay ya se hizo pandereta”.  Y tienen su derecho, pero no puedo ni quiero callarme ante lo que mi Padre, el que tanto anhelé, está haciendo en mi vida. A través de su propio dolor pude sanar el mio. A través de su amor puedo hoy amarme de la forma que nunca antes me amé y me valoré. 

Quizás usted como yo, este buscando esa pieza que le falta y a través de mis letras pueda sentir una espinita que le lleve como a mi, a descubrir que hay un amor incondicional e ilimitado esperando por usted y que solo necesita de un corazón dispuesto para crecer.

Mari-Paz. 

Share this:

ABOUT THE AUTHOR

Hello We are OddThemes, Our name came from the fact that we are UNIQUE. We specialize in designing premium looking fully customizable highly responsive blogger templates. We at OddThemes do carry a philosophy that: Nothing Is Impossible

0 Comments:

Publicar un comentario